Carta de una hermana a la comunidad

Carta de Ariana Rotarov, la hermana de Yanina, leída en la charla «Renacer y la comunidad» en la  2ª fería del libro organizada por La Universidad Nacional de Lanús

El 25 de Diciembre de 2006, Papa Noel me trajo el peor regalo de mi vida. Mi hermana Yanina Natalia de 18 años, perdió su vida en un accidente de transito en Lanus. Venían de  la casa de su novio hacia la nuestra. El manejaba, chocaron, volcaron y ella murió en el acto. El no se hizo absolutamente nada, sobrevive… como puede!
Desde entonces empecé a caminar mi crisis existencial, el dolor, el de mi familia, la ausencia, los miedos, la incomprensión, la bronca, la ira, la intolerancia y el día a día.
Como hermana mayor la rete, la obligue a que vuelva a casa, la espere; y me empecé a dar cuenta que no regresaba… ¿Qué, tal vez la había descuidado? ¿Por que ocurría todo esto?.. Fue ahí cuando transite” la culpa”, esa horrible etapa del duelo que nos hace cargo de lo que muchas veces no tenemos nada que ver.
Me levantaba mirando los ojos tristes de mis viejos, escuchaba los silencios de mi otro hermano (aquel que le pasaba lo mismo que a mi),  con unos cuantos años menos y con su adolescencia a flor de piel, esa hermosa etapa que se estaba opacando por todo lo que ocurría.
Comía, laburaba y me bañaba…Vivía, por la simple razón de que respiraba.
Poco tiempo después llegue a Renacer. Y ahí fue cuando me di cuenta que por primera vez estaba contando lo que me pasaba  (a aquellos que me conocían ya sabían todo). También descubrí que no era la única que pasaba por esto, no había edad religión, color de piel, forma de pensar o clase social que nos libre de esto!!
Renacer me ayudo a entender que mi hermana no había muerto para arruinarme el resto de mi vida. Ahí fue donde me hicieron recordarla bien y pensar que si me estuviera viendo de algún lado estaría orgullosa de verme  de pie y con la mirada hacia adelante.
Pude salir de la culpa, dejar  el rencor, la bronca, la ira, la intolerancia y empezar a comprender que morir es parte de la vida, que esta ausente físicamente pero su esencia esta en mi corazón, en mi memoria. El dolor que tantas lagrimas me robo, hoy ya no me gana, porque mis lagrimas son de orgullo, orgullo de ser su hermana.
Dia a dia trato de ser mejor persona. A veces tenemos que perder a alguien que amamos, caer desde muy alto o darnos la cabeza contra la pared, para darnos cuenta cuanto valor tienen las cosas sencillas.
Los hermanos que perdimos un hermano tenemos que vivir viendo la tristeza de nuestros padres, por ese pedazo de corazón que les robaron. Pero también los vemos levantarse cada mañana por nosotros, por ellos y por los que ya no están.
Los hermanos que quedamos no solo perdimos un  hermano, perdimos ese amigo que vive a la par nuestra, ese enemigo con quien disputamos el amor de los viejos, ese compañero de aventura y decisiones, perdimos el referente de nuestra crianza y con  reíamos al contar una anécdota familiar. Perdimos nuestra sombra, nuestra alegría, los proyectos que habíamos puesto en el, aquellos que eran imposibles para nosotros. Pero lo que no perdimos es la hermandad, ni esa comunicación que nos unía hasta la complicidad.
Los hermanos que vimos morir un hermano, sabemos que el dolor no termina ahí, que aun hay que seguir topándose con la muerte, que la ley de la vida es otra y sabemos que ese hermano no va a estar para darnos la mano, pero si un fuerte abrazo de corazón.
Los hermanos que acá estamos, los tuvimos que dejar volar alto, para llamarlos a gritos cuando mas los necesitamos. Los dejamos ir pero siempre les pedimos que regresen!!!
La muerte de mi hermana fue lo peor que me paso en la vida, pero conocerla fue lo mejor. Y aunque este sea el precio que tengo que pagar por conocerla y amarla… lo haría hoy y siempre.

Ariana, hermana de Renacer

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Ariana en Gotitas de Rocío – Renacer en la radio

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