“El hombre no puede evitar su destino, pero a él y únicamente a él le corresponde decidir con que actitud lo confrontará; sólo suya será la decisión de dejarse arrastrar como una hoja en la tormenta de otoño, o levantarse fuerte como un árbol que se dobla pero no se rompe durante esa misma tormenta.
El sufrimiento, el sufrimiento intenso, ese sufrimiento que lleva en él la capacidad de aniquilar al hombre, presenta, en cambio, la posibilidad de llevarlo a recorrer un camino existencial distinto, dado que puede hacer que seres humanos retrocedan a la categoría de entes al padecer un sufrimiento al que no han sabido encontrarle un sentido, pero también puede hacer que otros seres al haber logrado perder su angustia por una decisión que ya ha sido tomada por el destino, asumir una respuesta diferente y, en ese proceso, adquirir un conocimiento del ser tan intenso, tan profundo, que los lleve a un estado de iluminación, de trascendencia del propio destino.
La muerte de un ser muy querido es y será motivo de hondo pesar, pero la decisión de morirse con ese ser, es únicamente del mismo hombre, como lo será la decisión de caminar con la frente en alto desafiando la adversidad, pues si bien el destino es quien hace las preguntas, siempre le quedará al hombre la libertad de cómo responderlas.
Ante la partida de un hijo, a quien difícilmente estaremos preparados para despedir, el dolor es demasiado intenso, desconocido; pareciera que la vida no debería continuar y que el tiempo, en su eterno fluir, se hubiera detenido en un punto en el espacio, un punto de total incredulidad e irrealidad.
Seguir leyendo TODO DOLOR TRAE CONSIGO UNA ENSEÑANZA.