
Otro capítulo de la charla llevada a cabo por Alicia Schneider y Gustavo Berti en RENACER Congreso – Abril de 2006, en el marco del “ENCUENTRO NACIONAL DE LOS GRUPOS RENACER DE URUGUAY” realizado el 31 de mayo y 1º de abril del año 2006.
Esta charla, fue realizada en la Conferencia de prensa celebrada en la Asociación Médica de San José, 1 de abril de 2006
Pregunta María Antonia:
En el encuentro en Montevideo del año 2001, a mí que me faltaba mucho por caminar y me sigue faltando, pero estoy con la cabeza en alto, recuerdo cuando diste el ejemplo del edificio en llamas y me preguntaste si me quedaban más hijos y tú me dijiste, mirando a Natalia, te puede volver a pasar, eso no te tiene que asustar, pues no es lo único que te va a pasar en la vida. La vida sigue y eso me quedó muy presente.
Alicia Schneider:
Tú recuerdas la anécdota del edificio en llamas. Esa es una anécdota que Elisabeth Lukas incluye en su libro, creo que es “Psicología Espiritual”, es un libro hermoso que les recomendamos en el caso que les guste leer.
Elisabeth Lukas cuenta de una familia que está durmiendo y la casa en la que están durmiendo comienza a incendiarse. Entonces, el papá se despierta cuando en la casa está muy avanzado el fuego y el humo. Entonces, la señora logra rescatar a un niño, el papá a otro niño y salen corriendo y se dan cuenta que queda un niño más que estaba durmiendo en el primer piso.
Cuando el niño despierta se asoma a la ventana, el papá quiere entrar a la casa pero no puede entrar porque las llamas ya han cubierto el edificio completamente y entonces se dan cuenta que la única salida para el niño era saltar y el papá recibirlo en sus brazos. Entonces, al niño, que estaba envuelto en el humo y que no le permitía ver, el papá le dice: salta hijo, salta yo te sostengo, yo te recibo, y el niño le dice, no puedo papá, no te veo, y el papá le dice, no importa, yo te veo, salta, yo te recibo y el niño está en esa disyuntiva de si saltar o no saltar…
Aquí dejamos por un instante detenido el relato y vamos a ver qué semejanza le vemos a este relato con RENACER y con lo que nos pasa.
Perdemos un hijo y nos encontramos inmersos entre las emociones, las llamas, y el humo de las emociones. Los sentimientos encontrados que suben y que bajan, que van, que vienen. Un día me siento horrible y me quiero morir y al otro día tengo ganas de vivir, y al otro día me parece que es una locura. Estoy en ese mar de sentimientos y emociones encontrados y no me animo a dar el salto a la liberación, a la libertad, como decía Enrique Conde, el salto a la libertad donde yo elijo, que a pesar de estas emociones, de estos sentimientos que me están cegando, como el humo y las llamas están cegando al niño y ponen en peligro mi vida, yo salto a los brazos de… como en el caso del niño que salta a los brazos del papá y el padre que lo ve, lo recibe y lo devuelve a la vida.
Nosotros estamos inmersos en un mar de emociones y ahí están los papás de RENACER que dicen salta, y yo digo no puedo, porque siento esto y siento aquello y voy a esperar a estar mejor. Pero mientras, las llamas me consumen, el humo no me deja respirar y me puedo morir ahogada.
Entonces, ¿Qué tengo que hacer? Saltar hacia los brazos del papá que me está esperando, un salto de fe, porque él sí me puede ver y él me puede enseñar a saltar hacia mi libertad, a mi libertad interior por encima de mis emociones que, en ese momento, me la niegan.
Y esa fue la anécdota que le sirvió a María Antonia.
Gustavo Berti:
Hay también una anécdota que yo le solía decir a Luciana, mi hija, cuando era más chica, una anécdota de un filósofo cristiano dinamarqués, que le preguntaron un día ¿Por qué creía, por qué tenía fe? Y dice: “porque mi padre me lo dijo”.
Alicia Schneider:
Sí, podemos sonreír ante esa respuesta, pero en la vida hay que creer en una persona, en algo o alguien en qué apoyarse.
Gustavo Berti:
¿Cuántos de ustedes se han sentado frente a otro papá de un grupo RENACER y cuando han dicho acerca de sus problemas y el papá de RENACER les ha dado una respuesta y no le han creído?
¿Por qué no le han creído? ¿Por qué no le han creído, si cuesta lo mismo creer que no creer?
Es exactamente lo mismo !!!