Asistir a una reunión de RENACER no es para contar » una y otra vez» lo que nos pasó (lamentablemente los que desconocen cómo se desarrolla un encuentro creen que así es).
Llegar a no hacernos PREGUNTAS QUE NO TIENEN RESPUESTAS… y lograr ASUMIR UNA ACTITUD POSITIVA A PESAR DE LA PÉRDIDA, son PARTES FUNDAMENTALES DE LA ESENCIA DE RENACER.
El mensaje de RENACER parte del concepto que la partida de un hijo, es un hecho histórico del pasado que no podemos cambiar, pero frente a ese hecho podemos cambiar nuestra actitud frente a la vida.
RENACER no discrimina a nadie cualquiera sea su religión, su ideología política, su raza o su condición económica, porque la propia muerte no discrimina.
Los conceptos que nosotros manejamos: “el de vivir en homenaje al hijo”, “el de no hacer preguntas que no tienen respuesta”, “el de asumir una actitud positiva”, “el de abrirse a la solidaridad”, etc. son válidos para cualquier creencia que tengamos y aún para el ateo o el agnóstico.
Existe la tendencia a detenernos en el pasado, pensando que nuestros hijos están en el día del accidente, o pensando en él en el lecho de muerte, o en ese día en que resolvió terminar con su vida. Pero ellos no están en el pasado, cualquiera sea la creencia que cada padre tenga sobre el lugar a donde va a ir el día que parta, los hijos que se nos adelantaron en ese viaje, están allí; nuestros hijos no están en el pasado, ellos están en el futuro.
Entonces, de nada vale hablar del pasado, el mensaje de RENACER sostiene que todos somos iguales, no importando la causa por la cual cada hijo haya partido.
No hablamos del pasado, no se cuentan historias, se habla de qué hacemos con nuestras vidas a partir de haber perdido a uno o más hijos.
Es pensar: «Cómo voy a vivir de acá para adelante»
Y esto es fundamental, porque lo que propicia el mensaje de RENACER es que nosotros vivamos en homenaje a ese hijo, pero con sinceridad, con autenticidad, desde lo más profundo de nuestro ser, desde lo más profundo de nuestro corazón.
Nunca más seremos los mismos… Entonces, en honor a ese hijo…
- Seremos peores?
- Nos volveremos vengativos, solitarios, ignoraremos a quienes nos rodean?
Y lo que es peor:
- Nos moriremos con él o ella?
O por el contrario…
- Optaremos por vivir en honor a él o ella y a los demás hijos?
- Entregaremos lo mejor de cada uno de nosotros, cada día?
- Elegiremos que se lo/la recuerde por cada acto de amor que hagamos y no por el dolor que causó su partida ?
Estas últimas preguntas “SÍ, TIENEN RESPUESTAS” y nadie nos las dará. Nosotros mismos debemos responderlas.
*Texto extraido del material de RENACER con algunas modificaciones y agregados propios.
Lissy Avenali, mamá de Julieta y también de Paz y José de éste lado de la Vida – RENACER Sunchales
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